domingo, 9 de octubre de 2011

Aguas turbias

 
(Final)

No sé cómo pero he llegado hasta aquí. Han pasado escasas dos semanas desde que aquellas leyes federales entraron en vigor, y aunque las cosas han cambiado mucho, jamás vislumbré un contexto tan negativo.



La semana pasada, mientras me dirigía hacia mi nuevo empleo, tuve el infortunio de ver cómo un par de agentes judiciales desmantelaban un local comercial. Esta escena de abuso produjo un estado de malestar en mí y en las demás personas que observaron todo lo sucedido. Después del hecho continué mi rumbo. Durante mi espacio laboral intentaba concentrarme en lo que estaba haciendo, pero estos pensamientos eran demasiado obstinados.


Aquel día, por la noche, regresé a casa. Mis padres me recibieron con gusto pero a la vez con una mala noticia… Una más. Se había aprobado una nueva ley de carácter económico y comercial, la cual prohibía llevar a cabo cualquier actividad de tipo mercantil o de intercambio si no se cumplía con una serie de requisitos establecidos. Esta nueva medida dejaría fuera de competencia a aquellos pequeños empresarios que no cuentan con una marca registrada; no producen cierta cantidad de bienes o servicios o no son productores; no alcanzan determinada cantidad de medios de producción, así como cierto número de sucursales o puntos de distribución. Las anteriores, normas esenciales para adquirir el permiso para la actividad comercial. Por otro lado, las grandes empresas comenzaron a recortar personal a diestra y siniestra. Sustituyeron estos puestos con gente traída del extranjero, principalmente de Asía, debido al bajo costo de su mano de obra; el alto índice de su producción, así como sus escasas demandas laborales y fácil adaptación.


Ahora, todo va tomando forma poco a poco. A inicios de esta semana, habían sido clausurados alrededor del 40% de estas empresas y, por supuesto, conforme avance el tiempo las demás correrán con la misma suerte.

Mi padre, mi madre y yo llevamos días intentando conseguir trabajo pero nos resulta casi imposible: son escasos quienes han obtenido algún puesto. Mientras tanto, los demás somos rechazados o a veces ni siquiera recibidos. Inclusive, ayer intenté solicitar empleo en una enorme empresa extranjera de tabaco; sin embargo, fui echado a golpes por los elementos de seguridad del lugar, los cuales -antes de sacarme de manera hosca- me insultaron. Además, mencionaron que en su empresa no aceptaban gente de nacionalidad mexicana. Nuevamente, me he quedado con las manos atadas y vacías.

El desempleo en México se ha disparado, ya que la PEA disminuyó un 45%. He podido observar filas interminables en todos los sitios en donde he tratado de obtener algún tipo de ocupación. Solamente he podido vivir la realidad de la Ciudad de México; no sé qué esté ocurriendo en las demás zonas del país pero no creo que sea muy diferente. En fin, esta situación ya es incontrolable, insostenible e insoportable.

Finalmente, fue ayer por la noche cuando el presidente Calderón hablo acerca de su solución a la problemática de inactividad económica. Su propuesta consistía en trasladar a la población a lugares determinados de producción, de acuerdo a las necesidades de los particulares. Hoy comenzó a ejecutarse aquella legislación en mi ciudad, y han empezado a trasladar a las familias hacia diferentes sitios, incluida la mía. Lo único que sabemos es que nos dirigimos hacia el norte del país vía autobús para ponernos al servicio de las empresas que nos contraten.

Pronto estaré allá, y sabré lo que en realidad ocurre. Ahora resulta difícil predecir, ciertamente, qué buscan los poderosos con esto; qué es lo que en verdad quieren o no de nosotros y qué tipo de nos cosas nos aguardan.


3 comentarios:

  1. ¡Hola compañero! Veo que tu entrada es muy interesante igual que la anterior, solo note algunas comas que tal vez sería bueno consideraras si son realmente necesarias. Pero muy bien =)

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Trataré de coregir eso jejeje
    Saludos!

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  3. Hola compañero. Buena entrada

    Una observación.
    Mi padre, mi madre y yo llevamos días intentando conseguir trabajo pero nos resulta casi imposible:

    Esta bien; pero me parece mejor de esta manera:
    Mis padres y yo llevamos días intentando conseguir trabajo pero nos resulta casi imposible:

    soló es comentario. Digo, tu puedes escribir lo que quieras; como dice el maestro Cohen

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